No puedo sacar de mi cabeza el calor de tu mirada, ni su
color, azul, tan azul como el cielo después de una tormenta, como esa que
estaba a punto de desatarse entre tus manos y mi piel.
No puedo sacar de mi cabeza tu cuerpo desnudo, ni como la
luz de aquella farola del callejón dibujaba tus curvas, ni todas tus frases
pidiendome más.
No puedo sacar de mi cabeza la visión de tus manos desatando
el lazo de tu vestido, para despues escurrirlo suavemente por tu piel, y
deshacerte de el como si fuera el unico obstaculo que nos separase.
No puedo sacar de mi cabeza mi lengua recorriendo tu piel desnuda,
y mis labios saboreando tus lunares, y mis dientes tu ombligo, en una maraña de
deseo y pasión.
No puedo, ni quiero, sacar de mi cabeza, tus ojos diciendome
que no será la última vez.
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