miércoles, 8 de enero de 2014

Mir-arte

Me gusta mirarle cuando no me mira, cuando observa lo que hay a su alrededor como si todo fuera a desaparecer en el siguiente instante.

Cuando camina pensativo y tengo que repetirle las cosas tres veces para que salga de su trance.

Cuando mira hacia algún lugar, le pregunto que qué pasa, y se inventa una historia para mí.

También me gusta cuando mira el mundo a través de mí, al preguntarme por lugares en los que el aun no ha estado..

Pero sobre todo, me gusta mirarle cuando me mira, porque hace tiempo, en sus ojos, yo aprendí a mirar.