domingo, 29 de agosto de 2010
casualidad
Me encantan las coincidencias, las casualidades, odio los tiempos de espera, las cosas planeadas, me gusta improvisar(te) hacer un mapa de tu cuerpo con mis manos, y que te escapes entre mis dedos, pero sin soltarme. Poder encontrarme en tus playas y tus lagos, así, por casualidad, azules, claro. Y que tus labios coincidan con los míos, o con mis pestañas, o con partes de mi cuerpo que no me importa que hagas desaparecer a base de caricias..
Te espero. Un día, por casualidad, en cualquier parte, en algún lugar.
Quiero ser la casualidad más grande de tu vida…
Azul
Y aquí sentada, mirando mi reflejo en el agua, con el vestido azul que nunca conociste, me miro, y no sé si pensar(me) me veo, y me veo tan bien… sola, tan azul, sola, tan feliz, sola… que no me reconozco, esa chica del charco no soy yo, o soy yo dada la vuelta y no sé si volver a mirar(me) o no quiero hacerlo, porque quizá me da miedo conocerme, o darme cuenta de que no me conozco, o peor aún, que tú me conoces mejor que yo misma.
Fotografía: Ferminius
miércoles, 25 de agosto de 2010
Paris
martes, 24 de agosto de 2010
Hoy regalan tristeza en los bares
viernes, 13 de agosto de 2010
Cibeles
Acaban de publicarme esta foto en una guia de internet sobre Madrid:
http://www.schmap.com/madrid/sights_malasaaandchueca/#r=none&mapview=Map&tab=Places&p=23489&topleft=40.4217,-3.69431&bottomright=40.41751,-3.69129&i=23489_62.jpg
y para que negarlo, estoy super emocionada :D:D
martes, 10 de agosto de 2010
Miedo
Me apetece escribir(te) y no me salen las palabras, ni siquiera tengo el lápiz con el que me gusta escribir para oir el rasgar del papel al paso de mis dedos moviendose, como los tuyos sobre mi tripa, dibujando una sonrisa en mi cara y un nudo en mi estómago y mis cuerdas vocales. Quizá no oigo el rasgar en el papel, pero oigo aun el susurro de tus palabras en mi oido, y el del aire que dispersa tu olor entre mis dedos y mis ganas, que dicen tu nombre, susurrando, claro. Por la noche no se puede hablar alto (aunque eso ya lo sabes…) por si se despierta el miedo, miedo a necesitar que vuelvas a mirarme, abrazarme, tocarme o sentirte cerca, tan cerca, que no sepamos donde acaba uno y empieza el otro.
Miedo, mucho miedo.