Nos pasamos la vida esperando una llamada.
Una llamada de aquel trabajo que no nos gustaba, o de
aquella persona a la que sabes que ya no le importas más, aunque tu ego no se
permita reconocerlo.
Una llamada de tu futuro gritándote que no elijas ese camino
o esa persona, que te arrepentirás.
Una llamada de tu pasado, recordándote que de nada vale
llorar.
Una llamada de tu presente para recordarte que tu vida hace
tiempo que no la diriges tú y que es inútil que sigas intentando controlar todo
lo que puede pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario