
Contando cuadraditos me encuentro despistada, en este gran tablero de ajedrez que es mi vida.
De Blanco a negro, de negro a blanco, y esas norias continuas que tanto me marean.
Conseguiste hacerme creer que el gris existía, y ahora cada día lo dudo más. Si no es blanco, es negro y si no, el sutil transparente del amargo cristal de estas piezas…
Un tablero de ajedres, y yo me rio, me rio por no llorar, porque quiero decir blanco, y me sale negro, y me pongo a gritar.
Que no, que no voy a ser un peón más, tampoco tengo ganas de ser tu reina ya, ni una débil torre a la que tus palabras puedan derrumbar.
Con un caballo me bastará, para salir galopando cuando algo duela, y mis piernas no puedan más.
¿sabes? A veces las palabras hacen mas daño que cualquier movimiento, o cualquier jaque mate inesperado…
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