Además, últimamente llueven sapos de todo tipo, algunos muy peligrosos por lo tóxicos que son, incluso para los demás sapos.
Lo peor de las plagas de sapos es que recluyen a las princesas en sus palacios, porque segun cuentan, después del temido guisante, no hay nada más tóxico para una princesa que la piel del sapo equivocado.
Según parece, esa toxicidad las hace llorar.

Fotografia: Jose Manuel Mendez Magan
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