Con ese dolor, como si un gigante me aplastase la cabeza con los dedos,
Como si un gigante me observara dormir para reírse de mis sueños,
Como si un gigante viniera desde lejos, tan solo para burlarse de mis recuerdos,
Como si un gigante cogiera una aguja para coserme la sonrisa sin miramientos,
Hasta que llegó un no gigante, vio mi mirada triste, y me dijo: ven niña, que te voy a dar un beso… que no lo sabes, pero los gigantes, solo existen en los cuentos.
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